viernes, 28 de agosto de 2009

Mujer en cueros vende chaise longue

En la entrada de Muebles La Fábrica, un cartel saluda a los clientes: dos señoritas enseñando cacha bajo el eslogan “sin censura, bajamos los precios”. No veo la relación entre el cuerpo desnudo de una mujer y la venta de muebles, como tampoco creo que éste potencie las ventas de cómodas o chaise longues. Pero en la empresa ésta son muy modernos, o así se lo explicaron a mi madre, que tras ver el cartelito de marras, les llamó indignada.

Madre: Mire, soy una clienta suya, y después de ver el cartel con dos mujeres desnudas he decidido no comprar en su tienda porque creo que con ese tipo de publicidad atentan contra la dignidad de la mujer. (Aún quedan personas valientes y con recursos, y mi mami es una de ellas, ole!).

Recepcionista: (Risas) Le paso con el departamento de marketing porque me parece muy fuerte lo que me está contando.

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Señorita marketiniana: Somos una empresa con mucha gente joven y nos parece que el cartel ofrece una imagen fresca para los jóvenes de hoy en día (sic).

La conversación acabó así, madre y publicista versando sobre el tema sin llegar a ningún acuerdo. Una, preguntándole qué diantres tenían que ver dos mujeres en cueros con sus muebles, la otra, alabando la modernez de estos tiempos frescos que corren en los que hay cabida para todos. Una conversación de besugos, vaya.

El cartel sigue colgado en la fachada y en varios puntos de Valencia. Pero no son los únicos trasnochados que venden carne fémina a cambio de (¿qué?). Una tienda de vaqueros de Boulevard Austria (Don Juan de Austria, Valencia) expone carteles por todas partes que muestran a una pobre chica bajándose los pantalones y dejando ver sus posaderas al completo. Su consigna, oigan, es como de premio Nobel: “¡Nos bajamos los pantalones! Todos los vaqueros a mitad de precio”.

No es que sea grosero, indecente e inmoral. No es que se nos trate, a hombres y mujeres, como bestias pardas a las que hay que moverles mediante el instinto animal. No es que se pasen por el arco del triunfo la dignidad de la mujer y el respeto al cuerpo. No. Es que además es cansino, típico, probablemente ya un lugar común, cero imaginativo y carente de buen gusto.

Decía Einstein que las crisis son buenas en cuanto que potencian la creatividad. Y los hay que aprovechan el momento, doy fe. Pero siguen quedando los que a voz desesperada venden lo que sea con tal de rascar unos eurillos. Chicas, no les demos pie, y, la que pueda o quiera, llame a la señorita marketiniana. Quizás, con más llamadas, se den cuenta de que mi madre no es la única mujer que piensa.

Lucía

martes, 4 de agosto de 2009

Frente a la evidencia del amor, me quedo sin palabras

Este viernes 31 de julio de 2009 he vivido uno de los momentos más felices y hermosos de mi vida; y es que el amor sin condiciones -aunque algunos se empeñan en ocultarlo- existe, y hace que la vida merezca la pena.

La providencia quiso que sus vidas se cruzaran, y a partir de ahí de ellos ha dependido. Como cualquier pareja se han ido conociendo y compartiendo sentimientos, ilusiones, miedos, alegrías y todo aquello que afecta al alma, y día a día han ido creciendo juntos. Han sido testigos y actores de cómo unos frágiles sentimientos han tomado forma, y de la mano de la voluntad se han convertido en una bella empresa, fundamentada en su compromiso ante Dios y ante toda su familia y amigos, que les quieren y desean la mayor felicidad en la vida de entrega por amor. ¿Acaso hay algo mejor en lo que invertir la vida?.
Una gran amiga me recordaba una frase que dice: en la vida hay tres tipos de personas, las que esperan que pase, las que ven cómo pasa y las que hacen que pase. Los protagonistas de mi historia son del tercer tipo de personas, de las que arriesgan y hacen que las cosas pasen, y así se adentran ilusionados a una vida sorprendente, llena de luchas, con alguna derrota pero con grandes victorias; y sobre todo -si hay verdadero amor y voluntad-, a una vida plena y feliz, o como yo lo veo, al privilegio de degustar en la tierra un trocito de cielo (permitidme tal cursilada).
Para todos aquellos que no creen en el amor, decirles que ánimo!, existe y se encuentra si se está dispuesto a amar, a olvidarse de uno mismo y entregarse de verdad; y a quién ya lo encontró darle la enhorabuena, y decirle que lo cuide y lo mime con todo su corazón y voluntad. Gracias y felicidades a todos los que arriesgáis por la empresa del amor, porque encendéis una llamita de luz en este mundo que se empeña en sospechar del amor. Y un agradecimiento especial a mi hermana y cuñado (sí, mi hermana es la de la foto!), por hacerme sentir parte importante en un día tan especial. Felicidades!!.