lunes, 13 de julio de 2009

Vacuna veraniega contra el estrés

Eventos, crisis, comidas, viajes inesperados, un jefe que chilla, ropa amontonada, desengaños, artículos de última hora y cierres hasta la madrugada… la vida nos asalta con mil historias y al final una se ve cual caballo de carreras, sorteando obstáculos, con listas interminables de cosas por hacer, con la frustración del que no llega a nada.

Dicen que es el mal de esta nueva era. Estrés. Un nombre clínico para el caos de vida que llevamos. Porque quizás nombrando las cosas, nombramos también nuestro lío particular, lo ponemos en su sitio. Y así, nos vamos acoplando al día a día, abusando la palabra médica por consejo del doctor Wilkipedia.

Leo a Covadonga O’Shea, que en un certero artículo cuenta lo siguiente: “Hace años el famoso Doctor Martín Ramírez planteaba en California la solución al estrés con una afirmación sorprendente: la cualidad más importante para combatir el estrés es la generosidad.” Me recuerda a otra frase que leí en un libro: “Aguantemos por amor –que no es aguantar- el peso del día y del calor”.

Aguantar por amor, ser generosos… y esto, ¿por qué no nos lo dicen en los libros de autoayuda y en las recetas huecas de folletín? Los jefes seguirán berreando y los cierres se prolongarán hasta las tantas, pero si se afronta con la voluntad de darse la cosa cambia bastante. Y además, qué narices, la vida también da descansos y de repente llegan las vacaciones, con la piscina, y el mar…

Propongo un sprint final para los que aún estamos trabajando en verano: sonreír más y mirarnos menos. Seguiremos agobiados, pero… quizás, más felices. Y con un poco de suerte, eliminaremos un poco de estrés.

Hasta la próxima, que si mi caos de vida lo permite, será en breve!

Lucía

1 comentario:

Rocío dijo...

Lo pondré en práctica, pero... que lleguen ya las vacaciones!!!!! por qué no proponéis planes interesantes para las mujeres que piensan?

Besos a todas!!!